07 abril 2020

14 ECONOMÍAS EME de la CU



ESCUELA MAGNÉTICO ESPIRITUAL DE LA COMUNA UNIVERSAL 

14 ECONOMÍAS

PARA EL RÉGIMEN COMUNAL DE LA EME de la CU

ECONOMIXTIFICACIÓN

Tengo el índice hecho para un tratado de economía, pero como no es necesario ya después de estas 24 cátedras que los hombres han de comprender por su conveniencia, voy a regalarles como final de este libro un índice que para el régimen social, antes de la Comuna, hubiera compuesto un gran volumen luminoso y de provecho administrativo, tendiente en reparar en mucho los daños causados por la economixtificación que han tenido las naciones, en vez de la verdadera economía. Ninguna  función de la vida puede acercarse a su perfección en tanto se desconoce el valor real del espíritu  del  hombre y dándole el puesto correspondiente; es decir, el primero en todas las cosas; y por no haber sido así, en vez de economía, hubo economixtificación. 

Hoy, como ya la ley de justicia ha llegado a su justo minuto de recoger el fruto del progreso y se  sienta, a pesar de los que se oponen a ello, el espíritu en su trono, habrá economía, en vez de economixtificación; y yo, que no quiero desobedecer a quien me manda, daré aquí un punto por  cada  capítulo  de  economía y servirá de escuela pedagógica como está destinado este libro, para  la profilaxis de los hijos de la Comuna. 

La  economía  bien  entendida  es  cortar  siempre  lo  superfluo; pero cuidado  no se vaya a caer en el ridículo,  en la tacañería, en la mezquindad y tal vez en el egoísmo y la avaricia; y esto es lo que constituye la economixtificación. 
Todo esto es ignorancia y es lo que ha constituido la mal entendida economía que ha reinado y nada de ello es de sabios; pero ha podido ser, de los llamados santos.

Capítulo I

ECONOMÍA  DEL  TIEMPO 

Ninguno  podrá  preciarse  de  económico  si  no  economiza  el  tiempo,  distribuyéndolo con  diligencia  racional  y  provechosa  para  cada  cosa  de  las  necesidades  de  la  vida,  en el  desempeño  de  sus  funciones. 

En  un  código  que  al  mundo  se  le  dará,  está  bien  dividido  el  tiempo  en  cada  día  y  han de  llegar  a  todos  sus  deberes  sin  precipitación,  con  medida  matemática,  sin  hastío  y con  agrado;  pero  para  esto,  la  educación  es  la  primera  parte  profiláctica  y  en  la Comuna,  la  Profilaxis  será  completa. 

El  tiempo  destinado  al  trabajo  ha  de  emplearse  en  el  trabajo  obligatorio;  y  el  destinado al  asueto,  no  se  ha  de  substituir  por  trabajo  o  estudio  y  ni  aun  por  descanso  corporal, sino  que  cada  tiempo  ha  de  ocuparse  según  el  reglamento,  con  diligencia,  porque  así se  llega  a  todo  con  precisión. 

¿Creéis  que  es  provechoso,  ni  el  progreso  gana,  ni  acrecentáis  el  bienestar,  porque las  horas  destinadas  al  descanso  las  paséis  en  asueto,  porque  os  atrae?  El  cuerpo reclamará  sus  horas  de  descanso,  pagándolo  con  malestar  y  aun  corréis  el  peligro  de que  no  tenga  fuerzas  y  las  aptitudes  necesarias  para  la  faena,  por  cansancio  o  por embotamiento,  y  aquí  se  ha  cometido  el  delito  de  robo  a  la  producción,  del  que  sois responsables ante la comunidad y el progreso. 

Si  las  horas  de  estudio  y  del  asueto  las  dedicáis  al  trabajo  por  creer  que  acrecentáis la  riqueza,  os  engañáis  también,  porque  si  estudiáis  esas  horas  la  ley  del  trabajo,  ahí está  la  economía  verdadera,  porque  en  el  estudio,  habréis  encontrado  un  modo  de menor  esfuerzo  y  no  andaréis  dando  vueltas  y  titubeando  en  vuestra  obra. 

Medir  el  tiempo,  es  comprender  la  economía  del  tiempo.  

Hacer  las  cosas  a  destiempo es  perder  el  tiempo. 

Capítulo II

ECONOMÍA ARTÍSTICA


Poner cada cosa en su puesto y preparar un puesto para cada cosa, es lo que constituye el todo de la economía artística; y es de toda necesidad para el orden y concierto de la casa, de la ciudad, de la región y de todo el mundo. 

Esta lección nos la da el universo en su enjambre de mundos, sistemas planetarios, constelaciones y nebulosas, para constituir los planos de que se llena el infinito, corriendo en vertiginosa carrera cada mundo con sus satélites, sin estorbarse el uno al otro. 

Cuando se tiene noción de la armonía de la vida, no es difícil poner cada cosa en su puesto y preparar el puesto correspondiente a cada cosa, y a nadie le parecería bien que la mesa del comedor la colocaran en el cuarto de baño, ni la bañera en la sala, o la sala de recibir en la cocina. 

Y lo mismo que esto desarmoniza y es contra el arte, es poner hombres ineptos al frente  de cosas que no son capaces, como sería que al herrero lo quisierais poner al frente  de un  taller de joyería, o al albañil de impresor, que sería tan concordante como el hombre hacer los oficios de la mujer.

La naturaleza de cada individuo revela sus aptitudes; y sacarlo de ellas es contra la economía artística, que ninguno debe pretender modificarla, porque pierde el tiempo y nadie puede pedir responsabilidades al que se le pone al frente de aquello para lo que no es apto  por naturaleza.

Ocúpese cada uno en sus aptitudes y tened seguro que la economía artística será cumplida. 

Capítulo III

ECONOMÍA ANIMAL

La economía animal ya requiere más conocimientos científicos; pero sin las economías  anteriores no podríais con facilidad cumplir esta gran parte de la sabiduría que se denomina economía animal y que consiste en conocer las funciones del organismo en todo su ser y seres con quienes convivimos y obramos y las funciones fisiológicas de esos organismos.  

Pero con nuestra «Filosofía Austera Racional» y «Profilaxis de la vida» podéis iniciaros y luego seréis perfectos maestros en el gran monumento que titularemos «Conócete a ti mismo». Si sabemos que el hombre nace para el trabajo que ha de embellecer la naturaleza cada día más y la mujer viene en primer término a ser la compañera amante que endulce  la vida de su trabajador esposo, a la par que es el arca santa de la Creación para perpetuar la especie, invertir los factores, sería irracional y contrario a la economía animal y no es posible torcer la ley inflexible que da órganos diferentes al varón y la mujer. 

Esclavizar a la madre de nuestros hijos y amargar su existencia en cualquier forma, es atentatorio a la fisiología de la mujer y es labrarse un infierno, renegando del Edén que representa la familia. 

Pretender  que  los  de  una  región  tengan  el  mismo  etnicismo  que  los  de  otras,  es ignorancia  de  lo  que  constituye  la  Fisiología,  la  Fixiognosia  y  la  Etnología  del  mundo  en que  vive  y  convive  el  hombre  y  esto  no  puede  tolerarse  en  el  régimen  comunal,  en  el que  cada  hombre  y  cada  mujer  desde  su  infancia,  conocerá  estos  secretos,  que  hoy,  los llamados  sabios,  los  ignoran  en  su  casi  totalidad.

Estudiad,  pues, vuestro  organismo  en  sus  funciones  y  por  vosotros  conoceréis  a  los otros,  aunque  el  etnicismo  no  será  igual. 

Pero hoy, como impera la razón, porque esta es únicamente del espíritu y éste está en  su  reinado,  con  una  buena  intención, seréis iluminados para empezar a estudiar  esta  gran  rama de la sabiduría  llamada  economía animal, porque sólo entraña las funciones de lo  material; y tenéis una gran pauta en el libro «Profilaxis de la vida» en las cátedras de los ancianos  1° al  5° inclusive, donde os quedaréis admirados de las funciones de nuestros organismos; y de allí partid  con ese jalón seguro; pero no queráis conocer otra cosa, ni a los otros, sin conoceros a vosotros primero, y progresaréis.

Capítulo IV

ECONOMÍA  MORAL 

Recordad  aquí  nuestro  prólogo  de  la  «Filosofía  Austera  Racional»,  porque  entraña  lo necesario  a  la  comprensión  de  que,  sin  la  moral  eficiente,  no  puede  haber  ninguna clase  de  economía. 

La  economía  moral  consiste  en  disponer  todo  lo  concerniente para  una  obra  antes  de  ejecutarla  y  pesar  todo  bien  en  la mente del autor,  para  que  la  idea  se  convierta  en  realidad  con  un  bien  mayor  y menos costo de fuerzas. 

Es  decir:  Yo  estoy  ocupado  en  escribir,  v.  gr.,  y  si  tiendo  la  pluma sin  pensar  lo  que  debo  dar  y  decir,  prescindiendo  de  la  inspiración (si  fuera  posible),  quizás  llenaría  un  libro  para  no  decir  nada,  ni  dar soluciones.  

Pero si antes de tender la pluma me concentro en mi mismo, pensando las leyes de lo que quiero exponer, una vez que he hecho la hilaza del tejido, sale la pluma avanzando sin parar y sin tener que tachar ni corregir las palabras, ganando tiempo y papel, y hago obra de provecho, por esa economía moral. 

El  ingeniero o idealista, tampoco es el artista; pero dará la idea en imágenes rústicas, que  el artista acabar conforme a la idea transmitida. Si el ingeniero idealista no tiene esos grados de  moral  científica, no puede tener economía moral y sus proyectos son obra  perdida. 

Pero si tiene esos grados de moral eficiente a su ciencia,  por  la  economía moral,  ideará  planeando  con  la  ayuda  de  la  matemática,  la  que  le  dirá  rigurosamente  las fuerzas  necesarias,  los  espesores  de  las  partes  y  así  estudiado  con  toda  la  moral económica,  acotará  sus  planos  y  figuras  y  la  máquina  saldrá  bien,  como  un  buen nacimiento, que luego  experimentará  y  perfeccionará,  precisamente  buscando  el máximum  de  las  economías,  y  será  la  corona  de  todo  ello  la  economía  moral.

La economía moral es siempre más atrayente y más digna que el trabajo bruto, es decir que en el primer caso expuesto, estuvo ausente el director Espíritu, único idealista.  
En el segundo estuvo presente, porque su alma y su cuerpo lo reconocieron en sus  funciones. 

Con este ejemplo tenéis bastante para saber que, más vale pensar y pensar,  que fracasar inmoralmente, por no haber puesto nuestra mente al concurso de la acción que íbamos a ejecutar. 

Concluyo diciendo que: la economía moral no quiere ni admite atolondrados, ni consiente la economixtificación.

Capítulo V

ECONOMÍA  CIENTÍFICA 

La  economía  científica  casi  se  confunde  con  la  economía  moral;  pero,  sin  embargo, tiene  sus  puntos  de  diferencia,  pues  mientras  la  economía  moral  concibe,  idealiza,  la economía  científica  obra.  

La  economía  moral  es  el  pensamiento  y  la  economía  científica la  voluntad:  y  divinizando  esto  (porque  cabe),  la  economía  moral  es  como  el  Éter  única substancia,  como  pensamiento  del  Creador,  para  la  creación  infinita;  y  la  economía científica  es  la  voluntad  ejecutora,  que  del  Éter  hace  los  cuerpos  y  las  cosas  que,  con peso  y  medida,  demuestra  en  las  obras  la  vida;  de  lo  que  llegamos  a  comprender  que, esta  voluntad  del  Creador,  es  el  Espíritu,  que  lo  individualizó  para  ejecutar  la  creación;  y encerrado  en  el  hombre,  por  su  propia  naturaleza  idealiza  y  da  voluntad  a  su  alma  y cuerpo,  para  la  realización  y  demostración  del  pensamiento  en  los  hechos. 

Es  grande  este  trago  que  os  doy,  hermanos  míos;  pero  es  el  quinto  capítulo  de economía,  y  no  hay  quinto  malo.  Pero  ya  lo  habéis  pasado  y  lo  digeriréis:  para  lo  que tenéis  como  aceite  fino,  las  doctrinas  que  anteceden  y  libros  anunciados  con  la  filosofía, que  deseo  bebáis  con  sosiego  y  calma,  que  lo  necesitáis  para  esta  lección. 

La  economía  científica,  pues,  es  concretando,  pesar  matemáticamente  todas  las cosas,  para  el  resultado  probable  favorecido  por  la  exactitud  de  los  componentes  y preparativos  mentales  y  científicos,  antes  de  exponer  ni  hacer  gasto  ninguno  de  interés y  fuerzas,  y  aun  se  debe  economizar  ciencia,  es  decir,  que  se  debe  pensar,  más  que pesar  y  medir. 

Con  esto,  podéis  tomar  ahora  otro  traguito,  si  no  tan  grande  como  el  de  arriba,  acaso más  amargo  para  muchos,  porque  aquí,  como  es  compendio,  no  he  de  entrar  mucho  en la  metafísica  profunda,  que  es  el  suavizador  de  los  dolores.  

Eso  lo  hice  hasta  atomizar las  cosas  en  el  «Conócete  a  ti  mismo»,  donde  lo  veréis. Sabed,  pues,  que  la  matemática  no  lo  domina  todo,  ni  tampoco  es  exacta,  aunque sea  lo  más  exacto  que  en  ciencias  tenemos.  Pero  el  idealismo,  la  razón,  que  es  el Espíritu,  ésta  si  lo  domina  todo,  porque  es  la  matemática  pura;  esta  no  necesita  cuadrar el círculo  que  es  vicioso, porque para  el  espíritu, para  su  razón,  para  su  idealismo,  no existe  el  círculo,  ni  el  quebrado,  ni  el  decimal.  

Para  él,  solo  existe  la  vida,  y  él mismo  es la  vida,  confirmándolo  Shet,  cuando  dijo:  «En  él  estaba  la  vida  y  la  vida  es la luz de los hombres». Aunque  no  todos  comprenderéis  esas  profundidades  hoy,  luego  si  las  comprenderéis, pero  entre  tanto,  pensad  más  que  pesar,  y  luego  pesaréis,  mediréis  y  ejecutaréis  con gran  economía  científica,  porque  la  economía  moral  es  la  más  barata,  aunque  es  más alta  y  tenemos  el  deber  de  usarla  en  toda  su  grandeza  y  verdad.

Capítulo VI

ECONOMÍA  DOMÉSTICA   

La  economía  doméstica  consiste  en  someterse  a  una  pauta  o regla  calculada,  pero  no  rutinaria  y  sí  ascendente,  para  conseguir siempre  un  mejor  género  de  vida,  sin  salirse  de  su  posición;  es  decir, de los medios con que se cuenta para la vida. Esta  economía  pertenece  de  lleno  a  la  mujer,  dentro  de  la  órbita de  la  casa;  pero  la  órbita  es  el  hombre,  que  ha  de  preparar  los  medios  de  la  vida  doméstica.  

Como  por    la  organización  irracional  que hasta  hoy  ha  regido  las  sociedades,  todo  se  encuentra  enredado  en la  malla  de  las  leyes  económicas  de  los  pueblos,  casi  no  ha  tenido vida  la  economía  doméstica;  pues  donde  pudiéramos  ver  algo  que semejara  economía,  poco  ahondaríamos  para  descubrir  egoísmo, avaricia  y  tacañería,  y  a  lo  más  encontraríamos  laudable,  la  parsimonia  necesaria  para  distribuir  el  mal  aliento  para  las  horas  del  día,  y esto  no  puede  ser  economía,  porque  se  castiga  al organismo  con  la escasez,  que  luego  redunda  en  descontento  y  las  más  de  las  veces en  enfermedades  y  raquitismo;  es decir,  que  lo  que  es  parsimonia, es miseria; y esto no es economía. 

En  general,  es  ésta  la  economía  doméstica  que  ha  habido  en  la tierra;  pero  particularizándome  un  poco  con  las  llamadas  clases  altas, pudientes  o  privilegiadas,  entienden  la  economía  en  poner  diferente comida  y  aun  diferente  pan  a  sus  servidores  o  rebajándoles  el  salario  a  medida  que  los  artículos  de  la  vida  suben;  pero,  en  cambio, en  un  té,  en  un  banquete  o  un  sarao  provocador  e  inmoral  en  todos conceptos,  derrochan  la  comida  de  una  familia  en  un  año. ¿Y  los vestidos? ¿Y  las  joyas?  Y  ni  siquiera  los  han  fabricado  ellos,  como no  han  fabricado  los  palacios,  ni  el  teatro  donde  exhiben  descocadas sus  remilgos y tachonadas  de  pinturas  y  no  tienen  la  culpa  esas clases,  ni  las  culpo  más  que,    en  lo  que  tiene  de  inhumano.  

La  culpa está  en  la  errada  educación.    ¿Y  quien  es  el  encargado  de  ésta?  Por todo  aparece  el  peine,  aunque  no  lo  busque.  Hasta  hoy  quiso  y  se jacta  de  ser  el  educador,  el  Dios  Religioso.  Anatema  a  él  por  inmoral y causante de la inmoralidad social. 

En  fin,  la  economía  doméstica  la  han  entendido  todos  en  no comer  o  comer  menos  o  más  malo  y  aun  nocivo  a  la  salud;  y  eso  lejos de  ser  economía,  es  un  crimen  de  lesa  humanidad,  que  hoy  la  ley de  justicia  viene  a  quitar  con  el  establecimiento  de  la  Comuna,  en  la que  ninguno  baja;  todos  suben;  pero  todos  se  igualan  en  derechos y  obligaciones,  y  quien  no  esté  conforme,  que  detenga  si  es  capaz  a la  ley  de  justicia,  que  empezó  a  borrar  las  marcas  que  los  hombres hicieron sobre la tierra. Entre  tanto,  sabed  que,  economizar no comiendo,  es  un  crimen que pagamos con enfermedades. 

Capítulo VII

ECONOMÍA  ORGÁNICA 

La  economía  doméstica  consiste  en  someterse  a  una  pauta  o  regla  calculada,  pero  no rutinaria  y  sí  ascendente,  para  conseguir  siempre  un  mejor  género  de  vida  sin  salirse  de su  posición,  es  decir,  de  los  medios  con  que  se  cuenta  para  la  vida. 

Esta  economía  pertenece  de  lleno  a  la  mujer  dentro  de  la  órbita  de  la  casa;  pero  la órbita  es  el  hombre,  que  ha  de  preparar  los  medios  de  la  vida  doméstica. 

Como  por  la  organización  irracional  que  hasta  hoy  ha  regido  las  sociedades,  todo  se encuentra  enredado  en  la  malla  de  las  leyes  económicas  de  los  pueblos,  casi  no  ha tenido  vida  la  economía  doméstica;  pues  donde  pudiéramos  ver  algo  que  semejara economía,  poco  ahondaríamos  para  descubrir  egoísmo,  avaricia  y  tacañería,  y  a  lo  más encontraríamos  laudable  la  parsimonia  necesaria  para  distribuir  el  poco  y  mal  alimento para  las  horas  del  día;  y  esto  no  puede  ser  economía,  porque  se  castiga  al  organismo con  la  escasez,  que  luego  redunda  en  descontento,  y  la  más  de  las  veces  acaba  en enfermedades  y  siempre  en  raquitismo  en  la  infancia;  es  decir,  que  lo  que  es parsimonia,  es  miseria  y  esto  no  es  economía. 

Desgraciadamente  y  en  general,  es  esta  la  economía  doméstica  que  ha  habido  en  la tierra;  pero  particularizándome  un  poco  con  las  llamadas  clases  altas,  pudientes  o privilegiadas,  entienden  la  economía  en  poner  diferente  comida  y  diferente  pan  a  sus servidores,  o  rebajándoles  el  salario  a  medida  que  los  artículos  necesarios  a  la  vida suben.  

Pero  en  cambio  en  un  te,  en  un  banquete,  en  un  sarao  provocativo  e  inmoral  en todo  concepto,  derrochan  la  comida  de  una  familia  en  un  año,  o  la  fortuna  de  una familia  para  toda  la  vida.  ¿Y  los  vestidos?  ¿Y  las  joyas?...  

Y  ni  siquiera  se  los  han fabricado  ellos,  ni  construyeron  el  palacio  en  que  se  enseñorean,  ni  el  teatro  donde exhiben  descotadas  sus  remilgos  tachonados  de  revoques  y  pinturas,  que  disimulan  los estragos  que  marcaron  en  sus  rostros  los  vicios  adquiridos  en  la  holgazanería.  Y  no tienen  la  culpa  esas  clases,  ni  las  culpo  más  que  en  lo  que  tienen  de  inhumano  hasta para  ellas  mismas,  puesto  que  por  los  vicios  se  suicidan  paulatinamente.  

La  culpa  está en  la  errada  educación.  ¿Y  quien  es  el  encargado  de  esta?  Por  todo,  aunque  no queramos,  aparece  el  mismo  peine.  
Hasta  hoy,  quiso  y  se  jacta  de  ser  el  educador,  el Dios  religioso...  Anatema  a  él  por  inmoral  y  causa  de  la  inmoralidad  social.

En  fin,  la  economía  doméstica  le  han  entendido  todos  en  no  comer,  o  comer  menos,  o más  malo  y  aún  nocivo  a  la  salud;  y  eso,  lejos  de  ser  economía,  es  un  crimen  de  lesa humanidad,  que  hoy  la  ley  de  justicia  viene  a  quitar  con  el  establecimiento  de  la comuna,  en  la  que  ninguno  baja;  todos  suben,  pero  todos  se  igualan  en  derechos  y obligaciones;  y  quien  no  esté  conforme,  que  detenga,  si  es  capaz,  a  la  Ley  de  Justicia, que  empezó  a  borrar  las  rayas  que  los  hombres  hicieron  sobre  la  tierra. 

Entre  tanto,  entended  que,  economizar  no  comiendo,  es  un  crimen  que  pagamos  con enfermedades,  y  es  culpable  quien  usurpa  el  producto  al  trabajador.

Capítulo VIII 

ECONOMÍA  RURAL  Y  AGRÍCOLA 

La  economía  rural  y  agrícola  se  basa  en  el  aprovechamiento  de  la  economía  orgánica y  científica  en  todas  sus  ramas,  para  sacar  por  su  eficacia  y  unidad,  mejores rendimientos  cada  vez.

Cuando  se  piensa  el  descuido  que  las  ciencias  han  tenido  para  no  prestar  todo  su concurso  y  atención  a  la  agricultura,  no  se  puede  menos  que  entristecerse,  porque queda  demostrado  el  desconocimiento  de  que  la  agricultura  es  la  única  base  posible  del bienestar  y  por  esto  hay  tanto  descontento  y  la  vida  llegó  a  lo  imposible  de  vivirla. 

Para  todo  hay  hombres  y  todo  puede  ser  simultáneo;  pero  en  caso  de  no  poder  ser todas  las  cosas  a  la  vez  para  darse  satisfacción  el  hombre,  debe  ser  primero  el  cultivo, atención  y  devoción  de  la  tierra.  La  tierra  es  tan  agradecida,  que  al  poco  tiempo  nos devuelve  el  mil  por  uno  de  nuestro  sacrificio  y  amor  dedicado  a  ella,  para  que centupliquemos  nuestra  satisfacción.  ¿Se  descuida  la  agricultura?  Pues  la  tierra  nos descuida  a  nosotros  y  tendremos  menos  pan  y  más  malestar. 

No  se  estudian  los  cultivos,  ni  se  cuida  del  laboreo,  ni  se  abona  la  tierra;  pero  en cambio,  se  enjaezan  soberbios  coches  y  se  hizo  a  los  caballos,  magnates,  hasta vestidos  de  oro,  en  tanto  que  un  pobre  hombre  ha  de  cavar  la  tierra  haciendo  de  bestia y  su  adelanto  en  el  laboreo  es  muy  poco,  en  cambio  de  mucho  cansancio  y descontento,  que  tampoco  abona  la  tierra  con  un  magnetismo  eficiente  y  positivo. 

En  nuestro  «Método  supremo»,  «Lecciones  de  magnetismo»,  damos  la  más  alta lección  al  respecto. Se  ve  en  el  laboreo  de  la  tierra,  una  desidia  tan  grande,  que  a  quien  comprende  lo que  esto  representa,  lo  hace  llorar. 

Se  la  rotura  y  muy  mal,  unos  pocos  días  antes  de  extender  las  semillas  y  apenas  si han  arrancado  las  hierbas;  pero  si  esto  se  hace  antes  y  sin  ningún  remordimiento  de  la conciencia,  se  han  dejado  granar  las  semillas  de  esas  cizañas;  y  antes  de  que  el  trigo (por  ejemplo)  que  se  siembra  germine,  ya  está  el  campo  cubierto  de  malezas;  y  solo porque  los  tallos  padres  de  la  sementera  son  por  su  naturaleza  más  altos,  salen  por encima  del  Vampiro;  pero  los  hijuelos  de  la  planta,  que  serían  los  centuplicadores de la cosecha,  han  muerto  y  la  producción  es  pequeñísima;  pero  aún  es  demasiado comparado  con  el  cultivo  malo,  poco  y  a  destiempo  que  se  hizo,  y  por  añadidura,  ajeno a  toda  economía  moral  y  científica,  por  lo  que  ha  desaparecido  también,  la  economía moral  y  agrícola. 

En  cambio  entrad  en  la  ciudad  y  veréis  millones  de  caballos  siendo  magnates  y  miles de  automóviles  paseando  a  la  lujuria  y  al  despotismo. 

En  esos  carruajes  (fuerzas  robadas  a  la  agricultura)  veréis  muchas  grandes  muñecas luciendo  su  desgaste  prematuro;  pero  no  encontraréis  su  corazón.  Son  muñecas.

La  agricultura  en  la  Comuna,  es  la  primera  y  mayor  atención  y  solo  por  ella  habrá grandeza  en  Verdad  de  Verdad;  y  el  progreso  (que  aun  no  pudo  tener  la  humanidad) será  un  hecho,  hasta  extraer  la  luz  y  las  fuerzas  del  Éter,  que  substituya  a  todas  las fuerzas  y  combustibles.  Tenemos  esos  secretos  y  los  confirma  el  anciano  24  en  su cátedra;  pero  es  inútil  su  intento,  mientras  los  hombres  enrarezcan  la  atmósfera  con  sus pensamientos  torvos  y  egoístas,  porque  ese  tesoro  es  moneda  del  Padre,  que  no  sirve para  comerciar,  porque  no  tiene  precio,  ni  se  puede  emplear  lo  que  es  causa  de  la  vida, para  la  muerte  y  destrucción  de  los  cuerpos  y  cosas  que  representan  la  vida.

Ese  tesoro es  solo  para  la  Comuna,  porque  es  la  moneda  del  espíritu  en  su  reinado. Sí,  en  la  Comuna,  todos  los  hombres  (hasta  el  maestro  antes  que  todo  otro  hombre) han  de  saber  y  practicar  la  agricultura;  y  para  esto  yo  os  digo  que  la  tierra  no  es insensible  como  lo  suponéis,  y  sabe  agradecer  los  besos  que  le  da  el  hombre,  en  la misma  forma  y  con  más  verdad  aun,  que  os  paga  la  esposa  vuestro  beso  de  amor, regalándoos  un  hijo.  Asentad  esto  bien  y  que  os  sea  ejemplo. 

Todas  las  economías  son  buenas  y  necesarias;  pero  la  economía  rural  y  agrícola  es  la más  trascendental,  porque  sin  productos  de  la  tierra,  no  podréis  tener  ninguna  otra economía,  ni  aún  como  ciencia  experimental,  pues  os  faltaría  la  materia  prima;  y  sin alimento  el  hombre  no  puede  vivir,  ni  en  la  tierra  ni  en  ningún  otro  mundo,  porque  en todos  la  materia  vive  de  la  materia;  pero  ésta,  por  ley  fatal,  tiene  que  servir  de  base  al progreso  del  espíritu,  siendo  hombre,  que  es  el  único  productor  de  todo,  con  las esencias  que  extrae  del  Éter,  como  única  substancia  que  el  Padre  Creador  nos  da,  el Éter.  Alerta,  pues,  hombres  y  cuidad  bien  de  la  economía  rural  y  agrícola.

Capítulo IX

ECONOMÍA  PÚBLICA

Hijo  de  la  moral  pública  o  social,  es  la  economía  pública. Esta  economía  consiste  en  la  buena  administración  de  una  ciudad  y  de  la  Nación. Pero  ¿qué  habréis  de  administrar  si  no  habéis  tenido  productos  de  la  economía  rural  y agrícola? La  economía  pública,  pues,  es,  la  órbita  donde  gira  la  economía  doméstica,  porque los  encargados,  municipios  o  gobiernos,  son  los  que  deben  señalar  las  ventajas  e inconvenientes  de  hacer  esto  o  aquello;  facilitar  medios  económicos  a  la  producción, regular  el  consumo  y  el  costo  de  las  cosas,  para  que  pueda  la  ciudad  y  la  nación  cubrir todas  sus  necesidades  sin  miseria  y  sin  derroche  y  sin  pedirle  ni  arrancarle  a  la  madre tierra  más  que  lo  necesario  a  la  vida  holgada,  placentera  y  racional. 

La  miseria  reinante  en  estos  momentos  críticos,  al  extremo  máximo  en  todo  el  mundo, dice  muy  claro  que  la  economía  pública  no  ha  existido,  o  se  ha  olvidado  hasta  la  letra; pero  se  puede  asegurar  que  no  ha  existido,  porque  si  hubiera  existido,  no  podría borrarse  del  hombre,  que  aunque  hubiera  llegado  a  la  locura  que  presenciamos,  tendría un  momento  de  lucidez,  como  todo  loco  tiene,  hasta  los  más  furiosos,  y  en  ese momento,  los  hombres  de  gobierno  entre  tantos,  alguno  habría  recordado  y  practicaría la  economía  pública.  ¿No  la  recuerdan?  ¿No  la  practican?  Entonces  no  ha  existido; y si no  ha  existido,  es  porque  la  economía  pública  es  solo  del  régimen de la Comuna y es en  vano  que  nadie  lo  intente  fuera  del  régimen  comunal  sin  fronteras, sin parcelas,  sin dinero  y  con  el  amor  por  ley,  porque  fracasará. Inténtelo  quien  quiera  y  se  convencerá  del  fracaso,  como  si  quisiera  obtener  melones de  una  Zarza-Mora. 

Con  la  economía  pública  ha  pasado  lo  mismo  que  dije  de  la  economía  doméstica;  se ha  entendido  que  economía  es  no  comer,  y  ya  dije  que  es  un  crimen  de  lesa humanidad,  y  esos  crímenes  ya  no  caben  en  la  tierra;  y  como  los  hombres  no  son capaces,  ni  quieren  (porque  no  quieren  los  Dioses  religiosos)  evitar  esos  crímenes  de los  que  ellos  viven. Pero  el  decreto  inexorable  del  Padre  Creador,  es:  «Quitar  todos  los  estorbos»;  y  llega la  ley  divina  de  justicia  y  los  quita  sin  mirar  oropeles,  ni  jerarquías  dignatarias, renovándolo  todo  y  la  vida  empezará  como  nueva,  con  todas  las  economías  de  la  ley máxima  de  amor,  que  los  Dioses  religiosos  no  pudieron  tener,  porque  no  son  Dioses  de esa  Ley. 

El  propietario  de  esa  Ley  es  el  Padre  Creador,  el  gran  Eloí,  en  cuyo  nombre  lo reconoce  todo  el  Universo  infinito,  y  ha  dado  su  profilaxis  para  el  día  del  reinado  del espíritu,  en  24  grandes  cátedras  de  los  24  ancianos,  sobre  la  base  del  amor,  para  la verdadera  economía;  y  en  esas  lecciones  magnas,  inspírense  todos  los  hombres.

Capítulo X

ECONOMÍA  INDUSTRIAL 

La economía  industrial  consiste  en  la  organización  de  todos  los  elementos  que concurren  a  la  producción  del  objeto,  gastando  menos  para  producir  más. En  la  economía  industrial  es  en  donde  tienen  toda  su  aplicación  las  economías  moral y  científica,  y  jamás  puede  faltar  el  espíritu  Creador.  

¿Pero  podríais  imaginar  que pudiera  existir  la  industria,  sin  los  productos  de  la  economía  rural  y  agrícola?  Y existiendo  éstos,  ¿podríamos  organizar  las  industrias  racionalmente  sin  la  economía pública? Como  en  la  economía  industrial  es  donde  el  hombre  ha  de  demostrar  la  belleza  de  los mundos,  aquí  han  de  concurrir  las  ciencias  más  llenas  de  sabiduría,  como  la  química,  la física  y  las  matemáticas,  sin  que  falten  las  bellas  artes,  la  literatura  y  sobre  todo  la mágica  electricidad. 

En  la  Comuna,  llegará  la  economía  industrial  al  grado  máximo  no  imaginado,  porque entrará  con  desenvoltura  en  la  más  profunda  metafísica  del  espíritu,  el  que  es  sabio  en su  naturaleza  por  su  procedencia  y  llega  hasta  el  umbral  de  la  sabiduría  de  su  Padre, no  ignorando  más  que  el  ser,  del  ser  increado,  que  será  vano  empeño  que  entre  todos los  infinitos  espíritus  del  universo  quisieran  profundizarlo  y  saberlo.  Esta  es  la  tangente de  los  falaces  Pseudo-Sabios. 

Pero  de  ese  punto  abajo,  todo  lo  sabe  el  espíritu;  hasta  hace  los  mundos  y  sus cuerpos  de  hombres  o  de  mujeres,  en  los  que  y  con  los  que  obra;  y  si  él  no  se  los hiciera,  nunca  sería  hombre;  y  la  belleza  que  presenta,  es  solo  a  causa  de  su  mayor  o menor  sabiduría.  

¡Qué  bella  y  magna  industria!... Como  los  espíritus  pertenecientes  al  mundo  tierra  han  cursado  ya  los  grados  del bachillerato,  hoy  son  trinos  como  hombres  y  han  empezado  cada  uno  su  carrera definitiva  para  graduarse  durante  el  séptimo  día  de  la  Comuna,  de  Maestros  en  la Creación;  por  lo  que  la  ley  implacable  les  exige  obras  de  hombres  y  las  tienen  que hacer;  para  lo  cual  el  rector  universal  hizo  separar  y  llevar  a  otras  aulas  a  los  rezagados que  se  entretuvieron  en  caricaturizar  a  sus  maestros,  es  decir  que  mixtificaron  las profilaxis  de  los  misioneros  en  todos  los  tiempos  y  jugaron  sin  conciencia  con  los

Capítulo XI

ECONOMÍA POLÍTICA (HOY  GEOGRÁFICA)

La  economía  política  pronto  cesa  en  el  nombre;  pero  se  llamará geográfica  y  es  lo  mismo,  y  consiste,  en  el  conocimiento  de  las  riquezas o producciones  de  las  regiones  (que  hoy se  llamaron  naciones)  y continentes  para  su  intercambio,  y  el  porqué o causas  del  aumento y disminución de la productos. 

1. No  tengo  nada  que  observar sobre esta economía, porque en ella han observado  los gobiernos  bastante buena  conducta; pero sí quiero  advertir  y  sentar  que  esto  ha  obedecido  únicamente  a  que, el  espíritu  inspiró  con  mas  claridad,  porque  los  hombres  no  le  opusieron  gran  resistencia  ante  los  dilemas  de  cambiar  sus  productos o  de  estancarse  y  no  participar  del  progreso  industrial,  y  éste  es  el secreto  primero; 

2. El segundo  secreto es  trascendental,  porque  el  espíritu, prepara  las  emigraciones  de  los  seres  para  cruzarse  y  formar  una sola  raza;  y  

3. El tercero secreto, es porque  es  ley  que  el  espíritu,  hecho  hombre, deje  depósitos  en  todas  partes  para  no  ser  extranjero  en  ningún  punto. 

En estos tres secretos tenéis cifrada la gran economía política o geográfica,  y esta ya hecha  ley  en  el  Código preparado para la Comuna Universal que se implanta.

Capítulo XII

ECONOMÍA  SOCIAL 

La  economía  social  encierra  el  conocimiento  de  todos  los  intereses  morales  y materiales  de  las  civilizaciones  y  los  derechos  y  obligaciones  de  los  individuos,  para  de su  estudio,  ascender  cada  día  en  la  armonía  y  belleza,  física  y  moralmente.

Es  decir,  que  la  economía  social  es  un  estudio  incesante  del  progreso,  por  el  que  se ha  de  continuar  educando  en  ascensión  a  los  individuos,  y  no  se  les  puede  considerar extraños  en  nada,  porque  cada  individuo  es  un  grano  aromático  y  un  grado  del  progreso universal. 

Aquí  habrá  de  escribir  grandes  volúmenes  para  criticar  y  condenar  las  leyes  sociales de  cada  nación  y  sus  organizaciones  vergonzosas  por  lo  egoístas  e  irracionales;  pero ya  no  es  necesario,  ni  hay  tiempo,  para  que  vean  sus  faltas  los  legisladores  de  leyes antinaturales;  y  además,  luego  no  será  nadie  capaz  de  encontrar  donde  hubo  fronteras, en  donde  dos  hombres  se  miraban  con  recelo  y  con  odio,  por  causa  de  una  criminal educación;  y  sin  embargo,  allí,  el  mismo  sol  los  bañaba;  y  basta  este  argumento  para ver  toda  la  vergüenza  de  las  leyes  de  extranjerismo,  hechas  sólo  por  prevención maliciosa,  no  del  pueblo,  sino  por  los  enemigos  del  pueblo:  por  los  inspiradores  de  los gobiernos  autócratas,  por  los  religiosos,  por  sus  dioses  raquíticos,  vengativos,  «que nunca  han  vivido»,  como  dice  el  anciano  24  y  por  lo  que  yo  he  sentado  en  mi  examen de  los  dioses  y  sus  religiones:  «porque  no  son  cosa,  y  lo  que  no  es  cosa  no  es  de  la vida,  porque  no  está  en  la  ley  de  la  vida». 

El  hombre,  por  ínfimo  que  parezca,  de  cualquier  color  y  etnicismo  que  sea,  no  sólo  es cosa,  sino  que  es  el  universo  completo  y  entero  y  en  toda  Ley,  es  de  la  sociedad humana  y  en  ninguna  parte  puede  ser  extranjero,  sino  que  en  todas  partes  es  el hermano.  Esta  es  la  base  de  la  gran  economía  social.


Capítulo XIII

ECONOMÍA  ESPIRITUAL 


Esta  economía  es  nueva  para  los  hombres  y  sólo  es  del  séptimo  día;  y materializándola  en  ley,  consiste  en  la  unidad  del  pensamiento  para  el  esfuerzo psíquico  para  obrar  en  consonancia  con  la  ley  mayor. Es  un  axioma  que,  «La  unión  hace  la  fuerza»;  pero  hasta  hoy,  el  hombre,  sólo  por sociedades,  por  colectividades,  ha  unido  su  pensamiento  para  algunos  hechos  y triunfaron,  pero  en  detrimento  de  otros;  es  la  ley  de  las  fuerzas  brutas  de  la  materia,  que únicamente  ha  presentado  el  hombre,  pero  que  aun  tampoco  ha  llegado  a  conocerlas, ni  menos  ha  podido  fruirse  de  ellas.

Aquel  sabio,  o  aspirante  a  sabio  (que  ya  es  mucho),  que  pedía  un  punto  de  apoyo para  su  palanca  y  le  daría  la  vuelta  al  mundo,  hoy  batiría  palmas  de  que  ese  punto  de apoyo  se  declara,  libre  y  firme,  en  la  economía  espiritual;  pero  para  esto  habría necesidad  de  limpiar  de  barro  y  llegar  al  cimiento  granítico  para  fundar  ese  punto  de apoyo;  y  se  abrió  el  cimiento  y  se  lleno  de  ricos  ripios  y  argamasa  incorruptas  del Espiritismo,  como  aun  no  es  conocido;  el  cual  sienta  entre  los  hombres  sus  principios inconmovibles,  después  de  haber  hecho  un  juicio  de  mayoría  y  definitivo.  

Este  es  aquel punto  de  apoyo;  y  la  palanca  es  la  economía  espiritual  para  el  esfuerzo  psíquico  en  un solo  pensamiento,  el  que  es  capaz,  no  de  trasladar  un  monte,  como  sencillamente  se  ha dicho,  sino  de  regenerar,  de  mover,  de  transformar  todo  el  mundo;  y  para  eso,  hoy  que hemos  quitado  todo  el  barro  de  Dioses  religiosos,  disecado  los  lodazales  de  los  cuerpos y  quemado  el  carbón  de  las  almas,  se  implanta  el  único  credo,  el  espiritismo,  como  jalón de  mira,  cuya  luz  es  la  ley  única  y  suprema  AMOR,  donde  se  concentran  todas  las unidades  y  todos  los  pensamientos,  siendo  así  un  solo  pensamiento;  y  por  lo  tanto,  el esfuerzo  psíquico  de  todo  el  mundo,  es  únicamente  unido  como  el  de  un  solo  hombre  y el  triunfo  en  todo  lo  que  se  propone,  está  asegurado  antes  de  obrarlo  y  nadie  es perjudicado. 

Ya  se  comprenderá  ahora  el  por  qué  de  tantos  fracasos  entre  los  hombres,  porque  no tenían  un  pensamiento  común; les faltaba el punto de mira y son culpables, porque el espíritu es más viejo  que  el  hombre  y  por  la  pasión  lo  pospuso  y  aun  las  religiones  lo anularon  en  su  intención,  declarando  al  alma  el  más,  no  siendo  en  realidad  más  que  el vestido  del  oculto  espíritu,  por  su  Ley  de  armonía. 

En esa dualidad le pasa el hombre, como a un banco de dos patas: cualquier pequeño movimiento o desequilibrio de sus fuerzas lo derriba; pero hoy, descubierto el espíritu, el hombre se ha hecho trino; es un trípode y a éste ya cuesta mucho más derribarlo, porque puede mejor contrapesar su equilibrio y conservarlo con mucho menor esfuerzo. 

Hay, pues, que estudiar mucho y acatar por todo la economía espiritual, porque es el coronamiento  del  esfuerzo  del  hombre  y  es  propio  ese  estudio  y  esa  práctica  de  los estudiantes  de  carreras  que ya pasaron el bachillerato; y esto son todos los hombres de la tierra que sobreviven a la renovación de su faz y saben obedecer a un solo maestro, del que toman su sabiduría, como todos  tomamos la luz y vibraciones del mismo sol sin hastiarnos.

Capítulo XIV

ECONOMÍA  UNIVERSAL

Nueva  es  también  esta  economía  en  la  tierra;  pero  consiste  en  la  unidad  de  todos  los espíritus,  concentrados  en  el  maestro,  para  así  conseguir  la  solidaridad  con  todo  el universo;  con  lo  cual  se  alcanza  la  omnipotencia,  para  obrar  en  ley  la  armonía  de  la Creación.
Aquí  tengo  que  traer  a  colación  al  Padre,  llamado  por  Abrahán,  Hellí,  en  su  lengua Hebraica,  y  dice  en  el  testamento  alianza:  «Los  mundos  son  infinitos  y  el  hombre  ha  de vivir  en  todos  los  que  existen;  pero  la  Creación  sigue  y  no  se  acaba»;  lo  que  confirma esta  nueva  economía  universal,  que  siento  como  hebilla  de  este  gran  capítulo  de economías:  Catorce  economías,  todas  científicas  y  necesarias,  confirmadas  por  los  24 ancianos  que  a  Juan  apóstol  le  presentaron  alrededor  del  trono  del  cordero,  figurado  así el  Creador,  porque  el  cordero  no  tiene  jamás  rencor,  ni  venganza,  ni  busca  represalias; y  además  sabed  que,  esos  24  ancianos,  representan  los  24  libros  de  que  se  compone la  Biblia,  que  ya  no  puede  ser  hallada  en  su  pureza,  porque  fue  mixtificada  por  todas  las religiones. Pues  bien;  la  economía  Universal,  es  necesaria  por  todas  las  razones  de  la  vida  en cada  mundo;  pero  hay  dos  razones  máximas  que  las  voy  a  anotar,  y  son: 

Primera, que por  la  economía  universal,  se  obra  en  la  omnipotencia  con  todas  las  fuerzas de los solidarizados  y  armonía  de  la  ley, es decir, que hace una obra en un  mundo y aquella obra no se hace a la vez en otro mundo, porque sería restar fuerzas y es natural que costaría más esfuerzo en  los  dos  donde  se  opera; en tanto que, sumadas las fuerzas todas, la obra se hace con la mitad de esfuerzo en la mitad de tiempo. Este solo ejemplo  bastará para comprender la utilidad y la necesidad de la economía Universal. 

La segunda razón es mayor, porque es de vida: y es que tenemos por Ley que tener parte en todos los mundos del universo, para poder vivir en todos los que existen y crear otros más progresados para cada humanidad que termina en un mundo, cuando de él  ha  extraído  toda su esencia y los espíritus llevan en Luz y sabiduría el cómputo del peso: y por ley de progreso, si un mundo, por ejemplo la tierra, termina su carrera  en el  grado 10, el  mundo  que  deberá ocupar esta familia, empezará en el límite del grado 10 y será el 1° real de aquel mundo en  su  valor  de  progreso  metafísico. 

¿Pero  creéis  que  se  lo  han  de  dar  hecho?  No  tal.  Han  de  hacerlo  los  terrestres  ese mundo,  porque  no  hay  dádiva  de  gracia;  la  ley  no  regala  más  que  la  materia  Éter,  del que  sacarán,  molécula  por  molécula,  todos  sus  componentes,  lo  mismo  que  el  espíritu   fabrica  sus  cuerpos  de  hombre,  y  si  no,  no  lo  sería. 

Así,  las  familias  que  pueblan  los mundos  se  han  de  crear  el  inmediato  que  en  ley  han  de  ocupar  por  otra  etapa  de  la creación  eterna  y  continuada. Pero  sí  hay, por economía Universal, por solidaridad, por deber fraternal, maestros que enseñan a los menores; nos conviene entenderlo bien: por solidaridad. 

De modo que, si nosotros ascendemos a un mundo del grado 11 y por la solidaridad tenemos maestros  del  grado 12, nosotros que hemos hecho el grado 10, tenemos que ser maestros para otros del grado 9. Aquí os quedan tres peldaños de la infinita escala, de la sin fin cadena que representa mi Economía Universal, que os debe ser provechosa. 

Ahora bien; como toda la Creación la habéis de recibir explicada en claro y conciso estudio físico-metafísico y todo lo entenderéis, réstame sólo decir a los hombres, mis hermanos que no os apresuréis a leer por lo atrayente de los temas y hasta por la amenidad de la lectura: pero menos os apresuréis a criticar para excusaros de los cargos que necesariamente han de asaltar vuestra conciencia. 

Tened valor y seguid sabiendo que de hombres es faltar y todos hemos faltado y el Padre no se inmutó  en nuestras  faltas:  sabía  que  éramos  niños  y  que  llegaríamos  a  mayores  y  nos  espera siempre y nos lo aseguró por Abrahán en su testamento alianza, diciendo: «Mi luz di en Adán para mis hijos y cuando la conocerán me serán fieles». Mas si de hombres es faltar, de hombres honrados es confesar la falta para satisfacer al ofendido, sea hombre o la Ley, y en esa confesión no hay rebajamiento: es nobleza, es fortaleza, es hidalguía, es fraternidad confesada, y la reconciliación, cediendo el que está fuera de la verdad, asciende al igual del que tiene razón y es sellada esa fraternidad con el amor de la Madre, que aquí es la Ley suprema y única, que todo lo domina. 

Mas otra consideración y última se ofrece y es de orden: es una pregunta que la mayoría se hará y es: ¿Dónde está el hombre que sea el todo para esta armonía profiláctica? Diógenes buscaba un hombre: ahora todos los hombres  buscan un hombre. 

Diógenes no lo encontró porque era él solo a buscarlo y la individualidad  es muy poca cosa. Hoy los hombres todos en asamblea, pueden encontrarlo y la ley del Creador ha debido preparar al hombre que los hombres buscan, porque si no, no lo podrían  percibir. Lo que no existe no es percibido. ¿Lo  perciben? Luego debe estar. Hay una regla fija inequívoca. 

El hombre que los hombres buscan será aquel que pueda contender y  entender  estas 14 economías y las 24 cátedras de los 24 ancianos. 

¿Está el Hombre?  Lo  buscan  los  hombres  de  conciencia;  lo  busca  el  sentimiento popular  universal;  lo  buscan  todos y la Ley es la que lo inspira... luego el hombre está; y si los hombres no lo encontraran,  la Ley, el Padre, que sabe que la tierra es mayor de edad, lo mostrará y acaso la  humanidad sufra una contracción de estupefacción.

         El Maestro Juez Joaquín Trincado








BIBLIOGRAFÍA

      Las Catorce Economías las puede consultar en el Cuerpo de Doctrina de  la Escuela Magnético Espiritual de la Comuna Universal EMECU:

Trincado, Mateo Joaquín,  Código de amor universal Tomo II, Cápitulo IV, “Estudios en general y aprendizajes Ley”, páginas 26-49

Trincado, Mateo Joaquín, Cinco Amores, Capitulo VI “El amor a la Economía Común”, páginas 71-96

Trincado, Mateo, Joaquín, Profilaxis de la vida, Apéndice, páginas 226-238

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